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TOYOTA SOLARA 2004:

Un Camry con dos puertas menos... pero con mucho más sabor



por PEPE FORTE, editor de i-Friedegg.com/Fotografías del autor


En los últimos cuatro años he estado al volante del Toyota Solara un par de veces, una semana en cada oportunidad. He de decir ante todo, que el vehículo siempre me gustó... sólo que ahora en la edición del 2004 cuando exhibe vanidoso su primer rediseño, me gusta más. Y es fácil sentirse así: el nuevo Solara se aproxima mucho en diseño exterior al espectacular Lexus SC 430 —me lo decían en la calle además—, y es imposible que ello no conquiste corazones. Esa inteligente movida de Toyota es más evidente aquí y en el paralelismo existente entre el Camry y el Lexus ES 300, que en ningunos otros autos del line-up de las dos divisiones. Claro, si de semejanzas generales se trata, la máxima cercanía del Solara es con el Camry. De hecho, es su versión de dos puesta y está montada sobre la misma plataforma del sedán midsize del fabricante japonés.

El nuevo Solara representa el primer cambio grande en diseño del vehículo desde su debut en 1999. La fórmula combina tres formas con dos plantas motrices: el modelo base SE, el SE Sport, y el top-of-the-line SLE. Los motores son el 4 cilindros en línea de 2.4 litros, totalmente de aluminio, y el nuevo V6 de 3.3, también de la citada aleación, presente en la rediseñada minivan Toyota Sienna y en el SUV Lexus RX 330, de 225 hp y 240 Lb' de torsión, que Toyota planea incorporar a otros modelos. Las transmisiones son: manual de 5 velocidades o automática —electrónicamente controlada—, de 4 ó 5 velocidades (no está disponible la manual para el 6, sólo para el 4).
  
   En su segunda edición, el Solara ha ganado alrededor de 2 pulgadas en espacio entre ejes para alrededor de una en el cuerpo.
  
   En mis dos turnos de prueba siempre he tocado el SE Sport con transmisión manual y por tanto de motor de 4 cilindros que, a pesar de carecer de las exquisiteces del superior SLE, es mi favorito.
  
   El Solara, no importa el corte, es un coche que Toyota considera importante... tan importante como el Corolla. Algunas cifras indican que un tercio de la venta de carros nuevos de la compañía se acredita a la combinación Camry/Solara, de modo que se nota que su diseño no es descuidado. Es un cruiser confortable, con la típica cabina insonorizada de Toyota que le aísla a uno del ruido afuera, al tiempo que no deja escapar el sonido del excelente sistema de audio JBL de 270 watts y 6 speakers.
  
   Ahora se construye en la planta de Toyota en Georgetown, Kentucky, EEUU, junto con el Camry; el anterior se fabricaba en Cambridge, Ontario, Canadá. La mudanza se hizo con el fin de que la planta canadiense pueda ocuparse de la producción del Corolla y el Matrix, así como del flamante Lexus RX 330, el primer modelo de la división de lujo de la compañía que se hace fuera de su hogar original en el Japón.
  
   El Solara ahora no sólo aparenta más espacio interior, sino que en realidad lo tiene. El equipamiento standard puede decirse que es prolijo: pestillos y ventanillas eléctricas —la del chófer es expreso en ambas direcciones—, acceso sin llave, retrovisores térmicos, volante telescópico y asiento trasero abatible 60/40 para ampliar la capacidad de carga del baúl —sí, admite la escalera que piensa comprar a la ferretería más cercana—. Aunque nunca me senté en el asiento trasero, basta echarle una ojeada para darse cuenta que no es uno de esos inhumanos bancos de atrás de algunos cupés. Por otro lado mis hijos, que son unos protestones incorregibles, ni chistaron cuando se sentaron en él, y ya eso es algo...
  
   El baúl es amplio, pero no tanto su apertura, lo que obliga a cierto ballet para introducir cajas voluminosas.
  
   El acabado del interior es nítido. Me gusta el nuevo diseño de los tres relojes sobre las toberas del aire acondicionado, uno de los cuales ha sido dedicado a la computadora de viaje consumo y aceleración. Sin embargo, hallo decepcionante el frágil aspecto plástico —diría que de juguete— de los aros o contornos de los relojes principales. Quizás la ilusión radique en el brillo de los mismos... Pero un detalle inteligente y necesario en un coupe lo tiene el Solara: para evitar daños a ajenos en lo estacionamientos angostos, las puertas tienen tres etapas o paradas de apertura.
  
  El precio, dependiendo de cada modelo fluctúa en un rango entre los $20 mil y los $32 mil, según se asciende en los modelos y se van agregando finezas como asientos térmicos con 8 posiciones de ajuste eléctrico, columna del volante telescópica, CD changer, sistema de navegación, climatizador automático, sunroof, llantas de aleación de 17", vestidura de piel y una combinación de acentos de madera y metal en el interior.  La versión Sport incluye pedales de aluminio y timón y palanca de cambios recubiertas de cuero con costura gruesa, y relojes blancos.
  
   Aunque, naturalmente, la aceleración del I-4 no es la misma que la del V6, aquél, acoplado a la transmisión automática se siente entusiasta y dinámico. El consumo —según la EPA— del I-4 de manual de 5 velocidades es de 24mpg en la ciudad y 33 en la autopista.
  

La suspensión es virtualmente la misma del Camry, basada en amortiguadores independientes con barras estabilizadoras delante y detrás. Aunque la versión Sport es y se siente un poco más rígida, en realidad es aún así un vehículo de viaje suave, así como la palanca de cambios manuales. No espere del Solara conductas súper deportivas. Pero por otro lado, aunque basado en el Camry como ya advertimos, el Solara tiene su propia personalidad al rodar. Al perder las dos puertas del sedán sobre el cual se erige, paradójicamente gana la sal, la canela y la pimienta que le falta a su primo.
  
   En cuanto a seguridad, el Solara incluye bolsas de aire frontales y laterales montadas en el asiento. Posee la regañona señal tradicional en Toyota para el pasajero delantero que no se ha puesto el cinturón de seguridad, así como un sensor que desconecta la bolsa de aire delantera a la derecha si detecta por peso que el ocupante no es un adulto. También posee monitoreo de presión aire en los neumáticos. Los frenos son ABS y de disco en las cuatro ruedas, electrónicamente distribuidos.
  
   No existen muchos comparables del Solara; el Honda Accord Coupe es sin duda su más cercano rival. Pero no sólo por la escasez de semejantes el Solara es un vehículo atractivo. No, lo es por sí solo. Porque su máxima virtud consiste en combinar la calidad del confiable Camry con  el sabor de que carece éste.