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El Toyota MATRIX
y su poder de conversión de almas.
Cómo nos sentimos con el modelo 2009, que es su segunda generación.


por PEPE FORTE editor de i-Friedegg.com/Fotografías del autor


El Matrix, con ese nombre al mejor estilo hollywoodense, redondea la idea de la compañía japonesa de tentar a la demográfica más joven. Se trata de paquete de ofertas que incluye a los vehículos de la dinámica subdivisión Scion y la vigorosa serie IS de Lexus, pero que bajo Toyota complace a tan específica clientela con el Matrix. Pero creo ni siquiera el fabricante se ha dado cuenta de su propio éxito, porque este periodista de automovilismo hace años que dejó de integrar las estadísticas juveniles y, sin embargo, está fascinado con la segunda generación del Matrix.

Así es. Primero, pude participar del lanzamiento del primer Matrix en febrero del 2002 ya como modelo '03. Ello ocurrió en la hechizadora ciudad de Savannah, Georgia, en un evento en que la compañía paseó a los periodistas de automovilismo invitados en un barco fluvial por la bahía, luego fuimos llevados a un fuerte en el que nos recibieron con cañozos de besamano —así se le llamaba en el pasado a las salvas de amistad— y nos sirvieron la cena camareros uniformados a lo soldados sureños, no sin antes garantizarnos como aperitivo un cuasi orgiástico atracón de ostras frescas. Bueno, disfrutes de la memoria… Al final de la noche nos condujeron en recorrido por Savannah y alrededor de su alameda en autobús —“a la izquierda podrán el banco del parque donde se sentó Tom Hanks para protagonizar su personaje de Forrest Gump”— y, por si fuera poco, aledaño al hotel donde pernoctamos, en una pista de carrera clausurada, a la mañana siguiente averiguamos si el bebé debutante llevaba alma de chico díscolo… (mejor, ni le digo...).


  

   El Matrix 2003 inaugural me complació a primera vista; después, lo pude probar varias veces por una semana en mi ciudad de residencia en todas la versiones. Y estrenaba cosas, como tambora de 5 pernos a lo chico grande, inusual en un auto de este tamaño en los que normalmente 4 bastan —el review, que fue publicado entonces en varios medios digitales e impresos, puede ser consultado hoy en este mismo website—.

¿Qué espera uno con cada nueva generación de un auto? Pues, que mejore. Mas a veces, con cambios acres y disparatados empeoran o, simplemente, pierden su gracia original. Por otro lado, a menudo uno piensa que hay “matrices” que a duras penas puedan ser mejoradas. ¡Oh!, no con el Matrix del 2009 ahora en su segunda genración que, junto con los nuevos Scion xB y xD diría que encarna una selección de los vehículos bien concebidos y mejor terminados en su segmento y dramáticamente modificados en su nueva vuelta.
  


      Escribo aquí lo que ya dije en el show de radio que junto a mis colegas Jaime Flórez y Sergio Tacchella hago cada domingo en la red de emisoras afiliadas a la cadena radial ESPN DEPORTES  a las 10:00 am ET: que al nuevo Matrix el diseñador jefe le puso todas las ganas del mundo. El dibujo de este auto, sinuoso en líneas y volúmenes parece más que dibujado haber sido esculpido... y más que esculpido, acariciado, para terminar en un vehículo que si le pasamos la mano nos estremece por la coherencia de la forma. El Matrix 2009 es coherente como una canción bien escrita. Por fuera eso se nota al instante en su diseño contemporáneo, pero al observar luego su interior y en particular  al contemplar la pizarra con detenimiento, la primera impresión fragua en certeza. ¿Estaba enamorado el que lo dibujó… le aumentaron e cheque? I don’t know, pero el caso es que el Matrix Part II pone a rabiar de envidia a Keanu Reeves.

   ¿Y el Matrix qué es... un wagon… un hatchback? Qué importa… el Matrix es cool!

   Basado en el Corolla —siempre lo fue— desde la entrada en el 2002 que ya mencioné, Toyota ha decidido lanzarlos juntos (Matrix + Corolla). Lo hizo en la ocasión de Savannah que ya cité y, para la segunda edición, repitió la fórmula; a ese evento también asistimos para quedar gratamente impresionados en la conducción de estreno y más aún luego de una semana de prueba en Miami.

El Matrix 2009 hereda lo bueno del modelo 2003 debutante y agrega mejoras a su segunda cosecha. De lo que conserva: su suelo interior de plástico resistente a arañaduras. Este piso extendido nace de abatir la segunda fila de asientos cuyo reverso es de tal naturaleza para convertirlo es un panel de bolsillo que tolera objetos de 8 pies de largo ¡y no es la Tundra!

   Ahora el '09 viene en tres cortes: el básico —llamado Matrix a secas— el S y el sporty XRS —que fue el que probamos recientemente, ¡y para colmo rojo!— con arquitectura exterior más deportiva. De hecho, este modelo es el top-of-the-line, dotado de ruedas de más diámetro y una suspensión deportivamente tonificada.

Los detalles en que el nuevo Matrix rompe el molde son muchos. Este auto del segmento económico ofrece volante telescópico y la bancada trasera se pliega en la proporción de 60/40. Y hay que decir que los asientos traseros son muy cómodos, tanto para menores como para mayores. La panelería es extremadamente ergonómica y muy, muy agradable visualmente. Si fuésemos a emplear frases de culinaria, habíamos de decir que el Matrix ha sido "adobado con precisión y cocido a la perfección".  Y se siente sólido, unitario, integral…

   Su precio básico estimado es también muy tentador: $16,000.

   La impresión de manejo es buena y la potencia del auto, ídem. Claro, sin olvidar que ambas evaluadas dentro de su categoría y de las características endémicas del auto. No se le ocurra compararlo con sus primos mas vigorosos en familia. No se trataría de una injusticia, sino de un disparate.

 

Para resumir lo que el Matrix representa: si usted no es (todavía) fanático de Toyota —y tiene derecho a no serlo— mejor manténgase a buen recaudo de este nuevo producto de la exitosa compañía nipona. El Matrix 2009 no sólo tiene vocación para el convencimiento, sino un alto poder de conversión de almas.