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EL PRIVILEGIO DE DOMAR UN NUEVO POTRO

Volamos a Los Angeles, California, al evento nacional del lanzamiento del nuevo Ford Mustang 2011. Resucita una leyenda: La versión 5.0 tras década y media de ausencia. Cuarenta y cinco años ininterrumpidos de Mustang le ponen herraduras al flamante caballo sobre ruedas.

por PEPE FORTE/Editor del Canal de Autos de iFriedegg.com y conductor del programa radial AUTOMANIA de WQBA Univisión Radio. • Miembro de SAMA.

Todas las fotografías del autor, excepto las identificadas como Ford Motor Co. Posted on March 29/2009 Share

A ver… 2010: Con el regreso del 5.0, el Ford Mustang se corona de nuevo como el rey del segmento que fundó hace unos 45 años, el de los muscle cars. La escena contemporánea parece un viaje en la máquina del tiempo a 1970, cuando el mercado automotriz norteamericano, en tanto que liza de un nicho en particular, tenía corriendo en óvalo a tres pony cars, el Ford Mustang, el Chevrolet Camaro y el Dodge Challenger. Con el regreso de los dos últimos, la parrilla se calienta otra vez, mientras recuerda que el Mustang es el único que ha estado por décadas ahí, ininterrumpidamente, y que para colmo, desde el 2005 arrastró a los otros dos a la onda retro, cuya primogenitura ostenta. Y, justamente hablando de styling… ¿por cuánto más tiempo durará este Mustang inspirado en el malhumorado abuelo de 1964 cuyas formas reinterpreta con líneas del siglo XXI? A juzgar por lo que vemos ahora, a contrapelo de lo que temíamos, tiene para rato….

Entre el martes 23 y miércoles 24 de marzo del 2010 acudimos a evento nacional del nuevo Ford Mustang 2011, en Los Angeles, California, con la emoción del reencuentro con el célebre motor de 5.0 litros, descontinuado desde 1995, y que debutara en 1979. Podríamos decir que se trató exclusivamente —como casi oficialmente lo fue—del lanzamiento del Mustang 5.0 por tantas expectativas que despertó el vehículo desde el anuncio de su retorno. Pero aunque en realidad éste fue la estrella del encuentro, también conocimos la versión de 3.7 litros.

El evento, como todos los de Ford, estuvo organizado con la precisión de un cronómetro, y más que esto, según su tradición, no perdió un minuto en ociocidades. Tras abandonar el avión en LAX fuimos llevados a un studio de diseño en Los Angeles a unos 15 minutos del aeropuerto donde tuvimos el primer contacto con el auto y un breefing técnico, y desde ahí partimos en ruta (alrededor de 80 millas en dos etapas) por las hermosísimas carreteras hacia el Norte de LA, incluida la espectacularmente bella SR-1/Pacific Coast Highway (el área de Malibu, Marina del Rey, el Condado de Ventura, las montañas de Santa Mónica…) hacia Port Hueneme, donde realizamos algunos ejercicios de prueba. De ahí salimos hacia el hotel. Esta primera jornada fue a bordo del Mustang V-6 de 3.7 litros. Al otro día, desde el hospedaje y conduciendo por una ruta igualmente bella e ideal para revelar las virtudes del auto, probamos el 5.0 camino al aeropuerto ejecutivo de Camarillo, donde se nos ofreció la posiblidad de hacer draggin’ comparativo con el Camaro. Luego de esta excitante sesión manejamos hacia el Marriot Marina Del Rey Hotel, desde donde nos devolvieron al aeropuerto para regresar a casa, en el caso de este servidor, a Miami. Mis compañeros de ruta fueron Tom Wilson, todo un profesional que escribe para MUSTANG 5.0, y Jeffrey Ross, periodista automotriz y fotógrafo de Jacksonville, en Florida.

V-6 3.7
En realidad, los cambios cosméticos de la más reciente edición del Mustang no son tan dramáticos si comparados con los que de ingeniería motriz trae ahora el coche. El Mustang '11 ostenta en general, como un derretido que baña la totalidad de sus los modelos, “mejoras en todo sin comprometer nada”, cual lapidariamente nos dijera en su miniconferencia Dave Pericak, ingeniero jefe y, curiosamente, propietario de un Mustang ’68. Y hay que destacar que el equipo entero de desarrollo del nuevo Mustang está integrado por verdaderos entusiastas del vehículo, cuya pasión ha desembocado en este modelo del 2011. Pericak también nos dijo que “todo lo que luce metal en la cabina del carro… es metal”, infiriendo que en este Mustang no hay espacio más que para autenticidades. Además, su frente ha sido ligeramente modificado más que por belleza, por funcionalidad, aunque hay quienes, con suspicacia, sospechan que el tratamiento de las luces delanteras emula el ojo de águila del Camaro.

El flamante Mustang puede ser definido por el acronismo en inglés de F.F.A.E., que en español puede ser traducido como Rápido, Divertido, Asequible y Eficiente. Estrena frenos Brembo, que todo auto deportivo que hoy se respete ha de llevar, y también por primera vez el Mustang es amarillo… no sabemos si para que el Camaro de ese color se ponga verde de envidia. Ése es el modelo especial de alto performance Boss 302R.

Comenzando con el V-6, se trata de un motor DOHC Duratec® nuevo, totalmente de aluminio y por tanto más ligero, de 3.7 litros, que genera 305hp y 280 Lb x pie de torsión. Esta misma formulación en aplicaciones a Lincoln produce menos, 273 caballos. Y se rebasa no sólo a sí misma, sino que da una coz de 11 caballos más sobre el Camaro comparable. Además, hace 31mpg en la autopista, un récord para la historia del automóvil con tal combinación de números: Es la primera vez que se logran más de 300hp con más de 30mpg.

Las cifras específicas de eficiencia son 19mpg en la ciudad y 31 en la autopista con transmisión automática, una mejora del 30% respecto del modelo 2010 que hacía 16 y 24, al tiempo que el potro automático ahora reporta 19 y 29, en contraste con las 18 y 26 del equino del año pasado. La transmisión de 6 velocidades es responsable en gran parte de estos índices de economía de combustible. Tanto la manual como la automática tienen ese número de marchas (los autos que probé en las rutas eran manuales; los de la prueba de draggin’, automáticos). Nueva tecnología y conveniencia se suman al auto, junto con debutante suspensión y diferencial.

En mi marcha del primer día a bordo del V-6, me encontré con un auto atractivo en estilo y modales, agradable de conducir, cuyo motor tira bien y mueve el esqueleto y ropaje del vehículo decentemente y, a menudo, al mandato de ciertos pisotones al acelerador en las tortuosas carreteras de la zona, sazonadas con colinas, reveló potencia, aunque a veces la 6ta. velocidad se sentía fofa. Durante largos períodos anduve en 4ta., que era la mejor manera de sentir el empuje del motor y su canción. Acaso se trató sólo de una percepción derivada de la sugestión y el prejuicio, pues por adelantado ya suponíamos que al día siguiente, gobernando el 5.0, nos toparíamos con the real thing...

El nuevo Mustang tiene dirección eléctrica, mas se siente con la presión histórica de las de asistencia hidráulica.

Ford también en este carro, ha mejorado mucho lo del ruido en cabina.

La suspensión es adecuada, pero aún en el paquete deportivo sigue siendo á l’americaine, no tan “conectiva” con el suelo como en los deportivos europeos.

El interior se proyecta aún desde los propósitos visuales de la edición 2005, pero ahora se observan mejores plásticos de cobertura en toda la consola y los relojes han sido rediseñados. En el presente se alejan bastante de la reinterpretación retro original, pero de este espíritu —para mi alegría— mantuvieron los números condensados, tan de moda en los gauges de los carros americanos hace casi 50 años. En un paquete supremo, se puede elegir el color de la luz, hasta en 110 variaciones.

En cuanto a electrónica, como buen producto Ford, sostiene para esta edición el sistema SYNC®, en asociación con Microsoft, que estrenara hace unos tres años a bordo del Focus, el que, haciéndole honor a su nombre, permite SINCronizar toda la parafernalia de comunicación y entretenimiento portátil del tercer milenio —i-Pod, Bluetooth…— con el sistema de audio del vehículo, a través de efectivos códigos vocales. Y, para mortificación del Camaro, incluye GPS y el maravilloso sistema Travel Link, que informa al conductor del estado del tiempo, las gasolineras cercanas y hasta el precio del galón.

El 5.0 también agrega el sistema de llave astuta de Ford llamado MyKey, que permite al propietario regular la velocidad a un tope dado así como el volumen del audio, en caso que preste el auto. Esta es una característica crucial para la tranquilidad de los padres, pues el Mustang es una tentación para los hijos teenagers en edad de conducir a los que les escuchará decir, Dad, can I drive your car?

Al final del primer día terminamos haciendo slalom en una explanada habilitada al efecto. Acaso por el cansancio del viaje o por la intimidación que me causó hacer la prueba junto a un experto como Tom Williamson —quien registró los mejores tiempos—, I really butchered it… En realidad, jamás divisé los pequeños conos naranja que contorneaban el trazado en la última sección de éste, por lo que, naturalmente, nunca pude obtener un score. A pesar de esto, en las ¾ partes que del test fui capaz de hacer, se revelaron las capacidades del Mustang sobre el Camaro, contra el cual medimos al nuevo pony de Ford. Del Camaro sobre el Mustang sólo prefiero ahora como resultado de aquel examen, la palanca de cambios —aquí los vehículos de prueba fueron manuales—, que tiene un poco más de altura —well, por lo menos así se siente—, y su empuñadura envuelta en cuero para mejor agarre, aunque cosméticamente menos deportiva que la brillante y lisa tipo metal del Mustang. Además, por su baja línea del techo la visibilidad en el Camaro al conducirlo como hicimos allí usando un casco de protección, se empobrece agudamente.

La estrella del show
Como nota curiosa: En la cena de recibimiento fuimos agasajados con un h’ordeuvre delicioso… esponjosas setas Portobello del diámetro de un picaporte, coronadas con queso. Pero, ¿y el plato fuerte? Pues, una fila de Mustangs 5.0 de todos los sabores, con los motores encendidos, ronroneando frente al restaurant. En realidad, fue el aperitivo, pues al día siguiente serían el main course del evento.

Como debido colofón, tras un madrugador desayuno lleno de anticipación, condujimos en la mañana del miércoles 24 el nuevo 5.0 por las deliciosas carreteras de la región hasta el Camarillo Airport, donde al pie de un vetusto Lockheed Super G Constellation versión militar (EC-121) que todavía vuela, pudimos hacer un drag test al caballo de estreno. Aquí pude reivindicar mi honor mancillado del día antes, cuando logré 87.68mph en un octavo de milla a bordo de un Mustang, uno de los scores más altos entre los participantes. Mas, compensación emocional aparte, como siempre, no se trata de competencia personal sino de medir el auto que estamos probando, en este caso otra vez contra… ¿adivinó?, el Camaro.

Todos los que hicimos la prueba obtuvimos mejores resultados a bordo del Mustang.

El nuevo Ford Mustang GT del 2011 revive la exitosa cilindrada de 5.0 litros, cuya producción cesara hace 15 años. Mas la coincidencia de siluetas entre aquella planta y la de ahora es sólo de litraje. El viejo 5.0 generaba 240hp y 285 lb. x pie de torque, números que han quedado muy detrás con los 412 caballos y las 390 libras de este nuevo V-8. todo de aluminio con 4 válvulas por cilindro y que además, es capaz del prodigioso rendimiento de 26mpg en la carretera, con lo que se convierte en líder en su categoría. Las cifras de consumo de gasolina son las siguientes: 18mpg en la ciudad y 25 en la carretera en caja automática, y 17/26 en manual. Esta planta acopla lo mismo a transmisión automática que manual, ambas de 6 velocidades.

La transmisión manual permite aceleradas largas, lo que posibilita sacarle al motor la potencia en peaks de revolciones altos en cada marcha, sin que su relación de cambios sea ineludiblemente corta, como ocurre por ejemplo en el Subaru STI, que obliga a cambiar pronto. Y el clutch es de agarrre alto en el pedal.

El flamante Cinco posee el Twin Independent Variable Camshaft Timing (Ti-VCT), que ajusta al milisegundo el operativo de válvulas para acoplarse al modo de aceleración del conductor, mientras que los cuidadosamente calibrados sistemas de admisión y escape garantizan una respiración perfecta del motor. Junto con el hecho de que este motor pesa menos e integra lo que Ford llama la revolución de bloques más pequeños, estamos de frente a nuevos estándares de una tecnología más avanzada.

Y es una verdad de Perogrullo que existe una diferencia de performance entre el V-6 y el V-8… manifiesta sobre todo en el retorno final al hotel cuando en el afán de no perder el vuelo a casa tuvimos que apretar el paso (en la última etapa de la jornada mi partner in crime Jeffrey Ross programó el GPS del potrillo para eludir una treintena de millas entre las montañas que habrían comprometido seriamente mi indispensable puntualidad, para volver usando mayoritariamente la SR-1 con tal de estar a tiempo para el aeropuerto). El empuje del antológico 5.0 se proyectó con ganas como despedida a la prueba lado a lado que con el Camaro SS hicimos en la pista de Camarillo Airport minutos antes.

La compañía del óvalo azul tiene otro as en la mano. No infundadamente Ford fue capaz de parir este nuevo caballo. Casi 9 millones de Mustang han sido producidos en cuatro décadas y media. Así que el 5.0 del siglo XXI es una rama lógica de un árbol genealógico de fuertes raíces. Hasta Lee Iaccoca lo hubiese pronósticado a pesar de que la versión original es de cuando él ya no estaba en Chrysler.

La competencia es buena, y un panorama de circunstancias desfavorables, mejor aún. Sin meternos a filosofar, la verdad es que hay que admitir que sin retos nada pasa. La resurrección del Camaro —más que del Challenger— como el regreso del Hijo Pródigo en GM y la necesidad de motores más eficientes sin disminuir su poder ante la perspectiva de un próximo aumento de los precios del crudo, empujaron a Ford —que en los últimos años reinó en solitario en el segmento de los musculares—, a ponerse la pilas y he aquí esta bandeja con un Mustang V-6 de más de 300 caballos y un V-8 5.0 que se comporta como su ya histórico 5.4, pero con más economía. Y todo esto sin dejar fuera un precio tentador: el base del Mustang 2011 es de $22,995 (por debajo del Camaro cuyo sticker price con precio inicial muestra $23,530).

Qué bueno que el potro americano cabalga con nuevo brío, enardecido por la rivalidad...

 
A continuación, el resto de las fotos:
David Pericak hace la introducción del nuevo Mustang 2011. Inmediatamente, otros miembros clave de Ford como las cordiales Amy y Angie explican más detalles del vehículo y lo que nos depara el primer día de pruebas.
Conduciendo por la hermosa Pacific Coast Highway camino a Port Hueneme a bordo del Mustang V-6.
Un alto en el camino para cambio de conductor.
Al final del primer día hicimos la prueba de slalom, donde mi compañero de ruta Tom Wilson (debajo), obtuvo los mejores resultados.
Pepe Forte, el editor de este website, en el sitio donde realizamos el ejercicio comparativo con el Camaro.
Al día siguiente hicimos un drag race en el aeropuerto de Camarillo.
Los colegas y amigos Al Vinikour (encima), y Frank Aukofer (a continuación). Vinikour es además un fanático de la aviación que trabajó también para la NASA. Aukofer es un destacado periodista que acaba de publicar su nuevo libro Never a Slow Day.
Pepe Forte, conductor del programa radial AUTOMANIA de UNIVISION RADIO, en Camarillo Airport donde hicimos otro test comparativo con el Camaro. Debajo, el score del periodista en uno y otro auto. La velocidad máxima obtenida en un octavo de milla fue al volante del Mustang, 87mph:
El afable Octavio Navarro, presente en la prueba en Camarillo.
El potro patea el asfalto para provocar a su rival histórico.