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Una espera que valió la pena

¿Qué va, más que de Camaro a Mustang y a Challenger, de Camaro a Camaro? El histórico y súper americano segmento los muscle cars, está en su punto de nuevo. ¡A veces parece que es 1970 otra vez!

por PEPE FORTE/Editor del Canal de Autos de iFriedegg.com y conductor del programa radial AUTOMANIA de WQBA Univisión Radio. • Miembro de SAMA.

Posted on Aug/2009. Todas las fotos del autor, excepto la de los Camaros correspondientes a años anteriores.

 

En 1997 estuve considerando seriamente comprar un Camaro.. o un Impala SS. Misteriosa  e inexplicablemente terminé en brazos de Subaru. Adoraba el Camaro de esa generación, la cuarta y última que cerró en el 2002... y que probablemente fue la peor de todas —seré masoquista—. Aquel Camaro, el único redondeado de su historia, hacía féliz sólo a su conductor, y eso ni siquiera a fondo. La banca trasera era ideal para castigar a los chicos que le sonaban trompetillas a las espaldas de maestra de Geografía de 4to. grado, y la butaca delantera para el pasajero no se quedaba atrás: era el trono perfecto para la esposa negligente que nunca nos hizo las papitas fritas como mamá, porque justo debajo de ese asiento se encontraba parte del voluminoso sistema de escape que se proyectaba en protuberancia vertical al suelo interior del auto, de modo que no había manera de acomodar las dos piernas al mismo nivel. Y ahora vamos a las mortificación especial para el conductor: como la inclinación del parabrisas era tan acentuada para vez la luz del semáforo era necesario parar al carro... en la intersección previa. A pesar de este inventario cuasi calamitoso... lo adoraba. Ninguna de estas "virtudes" —cuya existencia nunca comprendí, a pesar de que alguien me dijo que el Camaro sin tales incomodidades no lo era— no las hereda el nuevo vehículo. Y tan sólo por eso valió la pena la espera.

Esta fue el último Camaro antes de este regreso del 2010...

He comenzado con esta "descarga", porque algunos de mis colegas, cuando comparan al nuevo Camaro, lo hacen contra el Mustang y el Challenger contemporáneos. Lógico; felizmente los Tres Tenores de los muscle cars han vuelto a la vida en esa americanísima tripleta de carros cautivantes, y por tanto es válido ese mano a mano. Pero preferí ponerle el espejo justo delante al nuevo Camaro para que se mirara en él y recordara al al modelo anterior. Pero si sus extravagancias de diseño ahora se fueron, la esencia quedó y mejoró. El Camaro continúa siendo sinónimo de vigor y estilo. Es un excelente carro-performance de valía.

El pony car de Chevy salió exactamente el 29 de septiembre de 1966 como modelo '67 para competir con el Mustang que había inventado el segmento unos cuatros años antes. A diferencia del Mustang que no generó primos, el Camaro se duplicó en el Pontiac Firebird que, empero incluso cunado no se había anunciado la eliminación de Pontica, GM dijo que, para decepción de sus seguidore, no planeaba el regreso del vehículo. Como el actual Mustang es reminiscente del modelo matriz de 1965, el Camaro también es retro con mucho sabor del diseño del 67, pero ni él ni el caballo de Ford son tan fieles al original como el Dodge Challenger contemporáneo lo es del primero que salió en 1970.

Los Camaros más tempraneros, de allá por 1967...

Hemos esperado mucho para este retorno y acaso nos mordimos las uñas más de lo debido. Wrong GM!, volviste a repetir la espera dilatada para poner en el mercado un vehículo que debió haber entrado de cabeza en los concesionarios antes, especialmente antes que alguien. Nadie me va convencer —ni siquiera Bob Lutz— de que por causa de que entre el anuncio del concepto y la realidad de su llegada a los concesionarios (¡tres años, Dios mío!), algunos de los prospectos del nuevo Camaro le pusieron los cuernos al anhelado coche al comprar el Dodge Challenger que salió primero. Lo mismo hicieron con el SSR... y ahora repiten la receta con el Volt (ya está Nissan metiendo miedo por ahí con le Leaf).

 

El Camaro 2010 viene básicamente en tres cortes: el primario LS, el LT y el portentoso SS, aunque existen algunas subdivisiones. Mi unidad de pruebas fue un 2LT —en realidad el RS— con transmisión automática. Está montado sobre una versión recortada y revisada de la plataforma Zeta de GM, que comparte con el ahora condenado a muerte Pontiac G8, un chassis de la estrategia global de General Motors antes de la banacarrota, que sustenta al original australiano Holden Commodore. 

El Camaro trae suspensión trasera independiente y ahora tiene un manejo más refinado. Al conducirlo se percibe, comparado con la generación anterior, una amortiguación con más adultez, más seria. Aunque hay que decir que en el V6 básico se siente como un carro normal. ¿Es esto un defecto? No, una virtud. Del Camaro hay quien quiere el traje, no el alma, del mismo modo que hay quien, del carey, sólo le importa el carapacho. El verdadero aliento deportivo del debutante Camaro hay que buscarlo en el SS (las mejoras hacia el SS incluyen aros de aluminio de 20" y frenos Brembo).

El modelo base equipado con el motor V-6 de 304 hp logra las 60mph en 6 segundos. El V-8, en dos modalidades de potencia, hace primero 400 caballos, pero en el tope, 426, ambas potencias con la planta de 6.2 litros de cilindrada, que alcanza las 0-60 en un segundo menos. Y éste, el SS, es considerablemente mas barato que el Dodge Challenger SRT8 —habría que ver quién retiene mejor precio después de 3 años—.

El motor básico, el V-6 de 3.6 litros, no por ello es aburrido, sino que con su inyección directa, es una planta sofisticada que sin embargo es opcional a costo extra en el Calidad CTS. El bloque de 6.2 litros, mientras tanto, es esencialmente "tomado prestado" del Corvette, aunque en una variante ligeramente menos vigorosa. ¿Transmisiones? Sí, así en plural: dos, ambas de 6 velocidades, una manual, la otra automática.

La EPA estima 18 mpg en la ciudad y 29 en la autopista para el V-6, mientras que 16 y 25 para el V-8 (hay una ligera alteración de cosnumo si el auto es de transmisión manual o automática).

Algunos de mis colegas opinan que los materiales interiores del  Camaro previo eran mejores. No lo creo. Uno de los talones de Aquiles de los productos de GM en los últimos tiempos fueron sus pobres habitáculos. Algunos detalles del Camaro '10 que a este servidor le han parecido atractivo quizás a otra colega le parezca kitsch: como los paneles de las puerta por dentro, que son evidentemente plásticos, pero bruñidos, con contorno superior sinuoso dibujado por una fina línea tipo neón que se prende en aqua cuando las luces del carro se encienden. Toda la iluminación interior del coche es así, y ése color de luz azul especial es un canto de sirena para las generaciones más jóvenes porque es el que está presente e la mayoría de los botones de toda la electrónica de comunicación y/o entretenimiento contemporáneo. 

El momento supremo del interior está en los cuatro relojes ubicados abajo, en la consola, cerca de la palanca de cambios, lo que es un elemento fundador del Camaro '67 —los originales eran redondos e inclinados hacia el conductor—. (Las fotos inmediatamente debajo muestran la relojería del Camaro 2010).

La foto encima muestra la pizarra original del Camaro '67. Nótese la agrupación de los cuatro relojes redondos cerca de la palanca de cambios. El Camaro 2010 incluye una reinterpretación de este diseño.

Los relojes principales de la pizarra, separados en dos, son muy bellos también y, como el Mustang, cuentan con números tipo condensados —estrechos, alargados—, pues así fueron durante años y años a bordo de la mayoría de los carros norteamericanos. No me gusta la ubicación del botón de las luces delanteras, que oculta a la vista el volante, y por fuera los retrovisores laterales no son pleglables, sino rígidos. Comparado con el Mustang y con el Challenger, el Camaro se percibe más pequeño por dentro y es más opresivo en espacio. No se puede manejar un nuevo Camaro con un sombrero en la cabeza...

Mi unidad de pruebas tenía un precio final total de $31,485. Su rendimiento, con motor V6 de 3.6 litros tipo SIDI hacía 18mpg en la ciudad y 29 en la autopista.

El Camaro se ensambla en la planta de Oshawa en Canadá. El motor V6 se hace en ese país, al tiempo que la transmisión en Estados Unidos. Tiene un 24% de partes mexicanas.

Por fuera, el Camaro 2010, es un hit. Es más, si nos vamos a la jerga beisbolera, es un home rum con las bases llenas. Su hermano mayor, el Corvette no debe mirarlo con muy buenos ojos.

En las dos fotos encima, el Camaro 1979 y el Camaro 1986...
El Camaro, que es uno de esos vehículos afortunados que siempre ha sido bello y cautivador, en el modelo de ahora, una conjugación —¡en su punto!— de contemporaneidad con las líneas del pasado reinterpretadas a los Siglo XXI, es uno de los vehículos más atractivos con que GM conquista de nuevo la fe en Detroit. Un brindis por el Camaro, por favor...

A continuación, el resto de las fotos:

Este fue el modelo conceptual del Camaro, exhibido desde el 2006. Por suerte, como se puede apreciar en la imagen y según prometió GM, el resultado final fue casi exacto al de la maqueta experimental.