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Por PEPE FORTE/editor del Canal de Autos de iFriedegg y conductor del programa radial de automovilismo AUTOMANIA,
que se transmite cada sábado desde las 12:00 PM ET
por WQBA 1140 AM, una emisora de Univision Radio
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Miembro fundador de SAMA.


Publicado en la versión en español de
THE CAR CONNECTION y en LETSTALKCARS.COM
 

Nunca fui recibido en un evento del ramo por una bandada de buitres posados en un cordón de espinosos cactus. Fue una razón para tragar en seco en el lanzamiento del Volvo XC70 CrossCountry del 2005, en Baja California, entre carapachos de vehículos abandonados. Los buitres no son especialmente exigentes en cuanto a la dieta...
  
Se trataba de una curiosa estrategia de Volvo para demostrar las inesperadas cualidades de su popular sport-utility wagon, cuyas versiones anteriores hemos manejado con tanto entusiasmo, hasta el punto de ser uno de nuestros vehículos predilectos. Estas 750 millas de caminos duros sobre los terrenos más agresivamente imaginables —léase condiciones "próximas al peligro"— estaban destinadas a demostrar cuán bien se enfrentaba un furgón suburbano a obstáculos más grandes que un badén.
  
Después de decenas de millas de bordes de precipicios a marcha tan lenta como el paso humano, lodo hasta los mismísimos ejes y de entrarle a velocidad a lizas de arena envueltos en una nube de polvo, una docena de Volvos salió airosa de la prueba.
  
Tras el debut hace sólo dos años del Volvo XC90 de 7 pasajeros, el primer SUV de la compañía, los ejecutivos de la firma sueca notaron que las familias estaban cambiando sus viejos station-wagons o furgones por el nuevo utilitario de la propia marca; pero a la misma vez, la gente seriamente interesada en la actividades en exteriores estaban enfocándose como nunca antes al XC70 wagon. Por eso...

WAGON DISFRAZADO
   El CrossCountry (que eso es lo que significan las letras XC), ostenta guardabarros blindados, un frente deportivo y el habitual envoltorio o cladding en los parachoques delantero y trasero. Pero esta vez en dosis más reducida que la del anterior modelo, muy criticado por ello (lo mismo le pasó a la camioneta Avalanche de Chevrolet, al Pontiac Aztec y al Honda Element, no precisamente aplaudidos por la presencia de tanto plástico en el cuerpo). Ahora el Volvo de marras parece un V70 con tapicería de piel vestido de L.L. Bean.

Su sofisticado sistema Haldex All-Wheel-Drive gobierna su tren de potencia y rodaje. Los botones ubicados en la parte baja de la consola e identificados como "FOUR-C" y "DTSC," gobiernan a voluntad del conductos las habilidades off road del nuevo XC70, y descansan en el corazón mismo de la habilidad del CrossCountry de desafiar a la Madre Naturaleza.
 
Los sistemas Dynamic Traction y Stability Control (DTSC) consisten en un sistema computarizado de Volvo encaminado a detectar pérdidas de rumbo no intencionales del vehículo y que se corrigen re-enrutando la potencia del motor, la tracción en las ruedas, y la acción del frenado, todo ello coordinadamente. 
  
Para el 2005, el XC70 CrossCountry está disponible no sólo con DTSC sino también con el chasis activo Four-C (a un precio añadido como opción de $995). El sistema Four-C se integra al DTSC con una micrométrica calidad de rodaje que ajusta constantemente la suspensión en tiempo real. Cuando las severas fuerzas dinánicas en las curvas inducen a un dramática escora del auto, el sistema Four-C contraataca rigidizando los elementos de la suspensión para restaurar el nivel a su punto normal. En los modos "Comfort" y "Sport", se gradúan infinitamente los ajustes de las cuatro ruedas en respuesta a las cambiantes condiciones del camino. O también, si ése fuese el caso, como contestación a la ausencia de condiciones del camino. Para tales propósitos vienen de perillas los caminos de Baja California en los cuales es difícil distinguir si se trata de senderos disfrazados de desierto o de desiertos disfrazados de senderos. Es por eso que la más célebremente torturante prueba off-road es la Baja 1000, y que ha tenido lugar en la península por los últimos 37 noviembres de la historia del mundo.
  
Con el polvo apenas asentado en los senderos, arroyos y vados de la ruta, Volvo puso a periodistas de automovilismo al volante de sus XC70s para que conocieran de primera mano un puñado de millas de tales condiciones.
  
Cuando toma casi 5 horas de trepar 45 millas de rocas en el corazón de las montañas de la Sierra San Pedro de Baja California, el conductor puede perdonarse a sí mismo si no imagina que las cosas pueden ponerse peores. El CrossCountry negoció decorosamente su paso en algo que, si quiere, llámele cartitativamente camino y que estaba pavimentado de piedras que sólo pueden ser descritas como calabazas petrificadas. El sistema DTSC trabajó allí más de la cuenta, remitiendo valiosa tracción en cada curva donde su protagonismo era crucial, y también al borde de los precipicio, donde el hecho de que una rueda no tuviese tracción... no era una opción.
  
En Los Panales, los precipicios de 3000 a 5600 pies estaban detrás de nosotros. Y delante, un mar de arena tan fina como el talco y tan resbaladiza que no sólo desafiaba la dirección del vehículo, sino que amenazaba con tragárselo. Y casi con malévolo placer, Mamá Natura decoró el camino a La Ballena con bordes ocultos bajo la arena.
  
El sistema Four-C del XC70 parecía sentir cada confrontación bajo la superficie, afirmando la suspensión armónicamente. Pero todavía no había pasado todo. San Ignacio estaba aún a más de 100 millas por delante y ya había pasado el mediodía. No pretendiendo vérnoslas con el desierto de Baja en la oscuridad, esto nos incentivó a conducir a más de 50 milas por hora —casi velocidad de carrera— en medio de desorientadoras nubes de arena creadas por el vehículo que iba delante. La sangre dejó de fluir a nuestros dedos de tan concentrados que estábamos.
  
Para el estrecho de 150 millas de San Ignacio a Punta San Francisquito junto al mar de Cortez, esta vía ha sido transformada en camino gracias a la lluvia que corre como torrente por estas gargantas. Milla tras milla de superficie lavada era ahora nuestro camino, salpicado de charcos de profundidad insospechada.
 
A irracionales velocidades de 60, 70, y 80 mph enrutamos el Norte con el sistema DTSC palpablemente perceptible aquí y el control hidroplano allá. Sin miedo a exagerar, pudo asegurar que nunca he experimentado tan severo e incesante maltrato a un vehículo en que haya estado ya como conductor, ya como pasajero. Y, a pesar de ello, el único "traqueteo" que sentimos fue le de una botella de la preciosa agua potable de México que bailoteaba en el portavasos.

Hubo algo indudablemente de Cenicienta en el rendimiento del  XC70 en los rudos exteriores mejicanos: este wagon para princesas que grácilmente decora cualquier garaje de los EEUU, se puso las botas de hombre para sortear la difícil prueba de desierto de Baja. Es una transmutación que incluso el propio fabricante difícilmente podría suponer hace tan sólo unos años. Ahora existe una prueba inequívoca de que el CrossCountry puede ser tan urbano como tan capaz de enfrentar los rigores más impensados fuera del asfalto.