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Una mirada preliminar a la versión eléctrica del SMART ForTwo

PEPE FORTE, editor del Canal de Autos de iFriedegg.com
y conductor del programa radial AUTOMANIA
de WQBA 1140 AM de
Univisión America, que se transmite cada domingos desde las 12:00pm ET.

Posted on Jun. 9/2013 • Reviewed live! on AUTOMANIA on the same date.

Durante la tercera edición del evento Topless in Miami, efectuado el jueves 6 de junio del 2013 en Key Biscayne en el Sur de la Florida, que de nuevo acogió a los convertibles más calientes del mercado norteamericano, pudimos probar el Smart ED porque participó en el evento en su versión carbiolet con el techo deslizable. Aunque se trató de la prueba de un solo día —prometemos que cuando lo probemos por una semana haremos un review más extenso— tan sólo esa manejada preliminar nos cautivó.

Más tarde, durante el fin de semana inmediato posterior a T.i.M. III, se celebró un rally del vehículo en Miami, en el que el público general pudo apreciar al vehículo alternativo de cerca, y hasta darle una manejada.

El Smart ED es la edición eléctrica del mismo Smart ForTwo, es decir el vehículo de dos puertas y dos pasajeros que ha conocido el mercado norteamericano, porque hasta hoy el ForFour, de cuatro puertas e igual número de pasajero se ha quedado en Europa. Pero en realidad nos gustó más que el Smart de gasolina.

ED es el acronismo de Electric Drive. El logo es una verdadera maravilla de diseño gráfico.

Aunque nuestra responsabilidad en la ocasión era concentrarnos en su condición de convertible —hay tres cortes del Smart ED— y como tal evaluarlo y calificarlo, no pudimos evitar concentrarnos en su electrizante experiencia al volante.

El Smart eléctrico, un coche plug-in que hay que recargar en casa o en alguna estación pública disponible, rueda muy bien, y claro que, de manera absolutamente silenciosa. Y hay algo más que conquista, que como tiene una ¿transmisión? especial de una sola velocidad, no ‘tironea’ como lo hace el de combustible liquido, que aún siendo automático parece que es manual, y cada cambio de marcha lo hace tan mal como si lo gobernase alguien que se está estrenando en un carro “mecánico”.

El resto del vehículo ofrece lo mismo que el de gasolina porque no e distinto para nada del ForTwo, eso, si obviamos que el interior rojo a tono del color exterior del eléctrico que disfrutamos en Miami es más refinado —o nos lo pareció así— y hasta podríamos referirlo como una veradera belleza. Algunos colegas lo han criticado, sin embargo, a otros periodistas de Automovilismo —como este servidor—, les pareció que se trata de una consola y terminado circundante típicos de un coche de más porte.

La batería de litio-ión que alimenta al ED la desarrolló Tesla, y fue ubicada justo donde va el motor de 1.0 litros en el de gasolina, detrás de los ocupantes y debajo del piso del diminuto compartimiento de carga.

La potencia es de 67 caballos y 88.5 libras por pie de torque. El ED es capaz de lograr 37 millas por hora en 6.5 segundos.

Pero lo que más necesita un prospecto de un auto de este tipo, es su autonomía. El Smart eléctrico tiene un rendimiento superior al básico del Mitsubishi MiEV (62 millas), semejante al del FIAT 500e, de la misma especie: 84. En este departamento, el Leaf de Nissan lo rebasa. Pero si tenemos en cuenta que la distancia promedio diaria de un trabajador norteamericano de casa al empleo y luego de vuelta la hogar es de 38 (y esa es precisamente y por ello el radio de acción que Chevrolet escogió para el Volt) significa que el Smat eléctrico puede desempeñar perfectamente su papel de commuter cotidiano.

El ED se mueve con ligereza e incluso responde bastante bien a presiones necesarias al acelerador. A consecuencia de las baterías, aumentó 308 libras de peso comparado con el ForTwo de gasolina, para un total de 2150.

El auto es un sepulcro de lo callado que se comporta en su desplazamiento. El único rudo que hace es un click cuando uno pone la llave de ignición en On.

Lo que nos pareció más duro fue el pedal de freno, y eso se debe a que éstos son, como en el For Two de gasolina, a la antigua, tipo hidráulicos. Pero insistimos en que preferimos el rodaje del Smart eléctrico al de combustible.

La amortiguación no es la de un Cadillac… es un poco ruda, pero podríamos caracterizarla como europea y concluir finalmente que para un auto tan pequeño es mejor estar en contacto con la superficie sobre la que rueda en vez de levitar en una nube de comfort como hacen los autos lujosos.

El SMART —este, y los demás modelos— es un coche baja etiqueta, de modo que los esfuerzos de economía que hace su fabricante para garantizar un precio reducido pasa por la obligada afeitada a características de un vehículo superior. Para calificar un Smart, hay que hacer primero un ejercio de compresión. Y esa comprensión hay que extenderla también al precio del ED que, por eléctrico —¡oh, esas dichosas baterías¡—, es más alto que el del ForTwo de gasolina, como veremos más adelante.

La capacidad de carga sigue siendo pequeña y la misma que en ‘el otro’: 12 pies cúbicos. Su distacia entre ejes también permaneció inmutable, 73.5 pulgadas.

Inicialmente, en el 2010, se dijo que sería casi como un coche de élite porque se producirían nada más 1500 unidades, de los cuales sólo llegarían a la mercado norteamericano 250. Pero en el 2012 comenzó la producción a gran escala.

El Smart ED se recarga simplemente en casa conectándolo con su cargador incluido en la adquisición del coche, a la toma regular de 110 volts en la red, pero para acelerar la recarga, se puede optar por la mini estación de etapa 2 que opera a través de 240 Volts. Este cargador alienta la batería al tope en 8 horas.

Como para no ignorar que es un coche con techo de lona removible, digamos ahora que éste se opera fácilmente con un solo botón.

La versión convertible no tiene precio extra. El Smart ED cuesta $28,752 dólares y se puede llevar a casa por una mensualidad de $599 por 48 meses.

Pacto de sangre: cuando lo conduzcamos por una semana, ampliaremos la información.

 
A continuación, más fotos del SMART ED: