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Una visita a la institución

por Pepe Forte/editor del Canal de Viajes de iFriedegg.com
y conductor de AUTOMANIA, programa radial dominical
de Automovilismo por WQBA 1140 AM,
y EL ATICO DE PEPE por WAQI 710 AM
ambas emisora de UNIVISIÓN RADIO.


Todas las fotos son del autor

All rights reserved/Pepe Forte ©2013

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Para los amantes de las creaciones humanas sobre ruedas — e incluso para quienes necesariamente no— los museos de transporte siempre resultan muy atractivos… y si son de ferrocarriles más aún. Probablemente por la esencia del ingenio que acogen, éstos sean siempre los más llamativos.

La maravillosa ciudad medieval de Nuremberg, en el Sur de Alemania en la región de Baviera, tiene mucho que ofrecer al turista dentro de su murallas. Entre sus joyas de peso histórico están la corte de la ciudad donde se celebró el famoso juicio a los oficiales nazis criminales de la Segunda Guerra Mundial en 1945 —que es lo que más notoriedad global le ha dado—; la plaza del mercado y su Fuente Bella”; sus catedrales y su castillo, y la casa natal del artista Alberto Durero. Pero fuera del perímetro del su antiquísimo muro se encuentra el Verkehrsmuseum Nürnberg o el Museo del Transporte de Nuremberg, propiedad del Deutsche Bahn AG o el sistema ferroviario alemán, que incluye además uno no menos cautivador, el dedicado a las comunicaciones. El turista no debe obviar esta parada allí. Nosotros vamos a tomarnos la libertad de llamarlo el Museo Ferroviario de Nuremberg.

El Museo Ferroviario de Nuremberg se encuentra en el No. 6 de la Lessingstraße, casi al pie de la importante avenida Frauentorgraben —que corre paralela al muro Sur de la ciudad—. Decimos casi, porque el edificio que da a la arteria es un hotel, y justo detrás de éste es que está el museo. Si se viene desde dentro del Nuremberg amurallado, utilizando la calle Kartausergasse que obtura el muro de piedra, ya está abocado el turista a su ubicación.
Otro buen punto de referencia es la Estación Central de Trenes de Nuremberg, a unas 6 cuadras al Este del museo. Pero mejor aún para orientarse sirven el Teatro de la Opera y el Bufo, que comparten entrecalle con el museo. Mas para quien venga de otro sitio de la ciudad, debe tomar el Metro #2, y bajar en la parada Opernhaus. La institución abre de 9:00 am a 5:00 pm de martes a viernes, y los domingos de 1:00 pm a 6:00 pm. Quien planee visitarlo debe mantener en mente que cierra los lunes. El precio de entrada fluctúa entre €2.50 y €10.00, según tarifa para menores, familias, estudiantes, etc.

El Museo Ferroviario de Nuremberg es uno de los museos técnico-históricos más viejos de Europa y tiene otras dos entidades satélites en la propia Alemania, en Koblenz-Lützel, y en Halle (en la época del comunismo, esta última se encontraba en la Alemania del Este). Fue inaugurado como el Museo Bávaro del Ferrocarril en 1889 y por eso hoy es el más viejo de su tipo en Alemania, aunque el edificio en que se encuentra fue construido en 1925. Tiene una extensión de 2,500 metros cuadrados en dos niveles y recorre dos siglos de ferrocarril desde sus comienzos en Inglaterra hasta la reunificación de Alemania en 1989.

Tuvimos la fortuna de visitarlo en septiembre del 2012 y, como todo museo de su especie, conserva —en este caso mayormente bajo techo— una colección no sólo de locomotoras y coches y vagones de importancia histórica y técnica, sino maquetas a escala que aparte que llenan la ausencia de algún modelo, su relevancia radica en que son museables por sí mismas, en tanto que antiguas y por ser verdaderas obras de arte.
Se trata de 160 de ellas en vitrina, a escala 1:10, y que ocupan mil pies cuadrados de la superficie total de exposición. Además de finamente detalladas, se suma a su atractivo que fueron construidas a finales del siglo pasado, la primera de ellas en 1882 por aprendices de ferroviarios del Ferrocarril Real Estatal de Baviera.
Además de vehículos sobre ruedas a escala, estas maquetas también representan señales y aparatería ferroviaria, muchas de las cuales funcionan y están equipadas con simuladores de luces y sonidos.

En este conjunto no podía faltar un tren en miniatura, ambientado, en un área de 80 metros cuadrados que demuestra una típica operación ferroviaria. Este punto del museo es el preferido por los niños que lo visitan, pero también lo disfrutan mucho los adultos. Fue completado en el transcurso de 10 años, entre 1960 y 1970.

Entre las piezas “grandes” del museo destacan algunos fastuosos componentes del la caravana real del tren para el Rey de Baviera Ludwig II, que lo fue de 1864 a 1886 —el famoso “monarca loco”—, engalanado como un palacio rodante.

Mas sin duda el plato fuerte son las locomotoras.

En cuanto el visitante traspasa el recibidor y entra al primer gran corredor, se topa a modo de comparación lado a lado con la antiquísima Adler (significa “águila” en alemán), construida en 1835 —se hizo una sola unidad—, que fue la primera locomotora de vapor usada comercialmente con éxito en Alemania para transportar vagones de bienes y de pasajeros, y una imitación a tamaño real del coche-tracción del actual tren bala alemán ICE 3, el ovoide Siemens Velaro.

Continuando con locomotoras históricas, el museo atesora la célebre Nordgau, fabricada en 1853 y que estuvo en servicio hasta 1907.

De la firma de Bayerische B V, es una 2-4-0 (esta es la numeración correspondiente al número de ejes, que así se categorizan las locomotoras de este tipo), y se construyeron 101 unidadaes. A la que se exhibe allí se le practicó un corte longitudinal para que los concurrentes puedan apreciar su ingeniería interna.

La Baden IX Phoenix, otra steamer, manufacturada entre 1910 y 1921 también ha encontrado su retiro en el Museo del Ferrocarril de Nuremberg. Esta locomotora trabajó en la región del Black Forest en 1925.

La locomotora de vapor Steamlined Clase 05 001, de estructura de ejes 4-6-4, de 1935, influida en diseño por el genial Raymond Loewy, se encuentra igualmente allí, aunque representada como maqueta.

Pero una de las piezas más atractivas es la hermosa S2/6 de ruedas rojas y doradas, con layout de 4-4-4, fabricada en1906, y que paró de operar en 1925. Su diseñador fue Anton Hammel y fue terminada en sólo 4 meses.

Esto, en cuanto a locomotoras de vapor, pero sobre las diesel o eléctricas, también se puede apreciar allí el coche de tracción TEE de 1959 (representada en maqueta)...
...el SVT 877 Fliegender Hamburger (Hamburg Flyer) de 1933, y la TA Class EP5.

A algunas de estas locomotoras se puede subir, sin embargo está vedado el abordaje a piezas como las del tren imperial.

Una pieza que llama la atención es un vagón original de carbón de las minas inglesas, de 1829, un préstamo de Museo Nacional del Ferrocarril de New York.

En las plantas altas de la instalación, se puede visitar el Museo de las Comunicaciones, que a través de su piezas cuenta la historia de éstas.

La entidad proviene del museo postal bávaro y fue integrado al ferroviario hace más de 100 años, en 1902. Revisa 500 años de comunicaciones que van desde el correos hasta la radio y la televisión y sus servicios en la región, y más recientemente el universo cibernético. Todo en comunicaciones desde la Edad Media hasta el presente.

El recorrido se hace fácilmente a través de las salas de museo, limpias y bien iluminadas; aún si se está apurado en apenas 2 horas se ve todo, y hasta en menos tiempo si se apura el paso.
No hay restricciones fotográficas, y al final del paseo se puede visitar la Präsenzbibliothek o la biblioteca del centro, continente de más de 40 mil títulos sobre los trenes. También, una pasadita por la tienda puede complacer nuestro apetito por un souvenir.
No hay otra ciudad alemana tan ideal para el museo ferroviario que nos ocupa como Nuremberg, porque el primer tren a vapor del país teutón rodó el 7 de diciembre 1835 desde esta ciudad a Fürth. De modo que el Museo del Transporte en Nuremberg no debe ser obviado por el turista. Su visita es recompensadora.
 
A continuación, el resto del recorrido gráfico por el Museo Ferroviario de Nuremberg:
 
La pionera Adler le da la bienvenida al visitante,
junto a la veloz Siemens de hoy, para representar pasado y presente del ferrocarril alemán.
El momento del viaje inaugural del primer tren alemán
tirado por la Adler, fue inmortalizado en este óleo
que se puede apreciar en el museo:
 
 
El Tren Real del Rey de Baviera Ludwig II es una de las más grandes atracciones del Museo Ferroviario de Nuremberg.
El acceso a estos coches está vedado, pero se puede ver perfectamente su fastuoso interior a través de las ventanillas, como se observa en las composiciones duales debajo.
El techo también fue lujosamente engalanado:
Sin duda, es el ferrocarril de un monarca...
Los coches de personal de servicio para el rey también se exhiben allí:
 
La locomotora Nordgau es una pieza muy valorada. Debajo, un detalle de su ingeniería, y su cabina de mando:
 
Y la famosa Phoenix no se queda detrás en importancia y belleza:
 
Pero muchos visitantes piensan que por bella —con sus ciclópeas ruedas rojas— y por portentosa, la locomotora más impresionante del Museo Ferroviario de Nurember es la S2/6:
 
Este es un poster de la época de inauguración del museo, anunciándolo.
 
El Museo de las Comunicaciones, en las plantas altas del edificio es igualmente interesante por las piezas históricas que exhibe, y nos recuerda cuánto hemos avanzado en, por ejemplo, televisores y computadoras cuando contemplamos este para de fotos a continuación:
 
Pepe Forte, editor de este website y autor del artículo, ante un mural en el Museo Ferroviario de Nuremberg:
 
Otras imágenes:
 
...y, para terminar... ¡el caboose!:
 
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