click on this line or on image below to return to MAZDA index
 

Por PEPE FORTE/Editor de i-Friedegg.com • Miembro de SAMA • Conductor de AUTOMANIA de WQBA 1140 AM Univision Radio •

Posted on Jan.26/2010 • On Air review on Jan.24/2010 on AUTOMANIA RADIO SHOW

Los autos de Mazda parecen felices con la reciente adición de un elemento en la parrilla que simula una sonrisa. Pero, además de estar felices ellos, hacen felices también a quienes los manejan porque el line-up de vehículos de la marca es interesante y muy bien definido. Junto con el Mazda Speed3, que es mi preferido, mi otro vehículo favorito de la firma es el CX-7.

El CX-7 salió al mercado hace unos tres años —en el 2006 como modelo ’07, para precisar—, con la promesa de que pronto le seguiría el lanzamiento del CX-9, más largo, con más distancia entre ejes y con tres filas de asientos, y así sucedió. Por tanto el CX-7 es más compacto que el CX-9 y quizás por ello más divertido de manejar. El CX-7 además, sirvió de base —según la vieja cooperación Mazda-Ford— para el Ford Edge —el segundo crossover de la compañía del óvalo azul—, y más tarde para su primo, el Lincoln MKX. En realidad, la base es la del Mazda 6, que incluso sirve de zapata al Ford Fusion, al Mercury Milan y al Lincoln MKZ. Interesantemente, el vehículo contaba con una transmisión resultado de la cooperación sin precedentes entre Ford y GM.

El CX-7, sobre todo si se maneja el que viene con motor turbo, puede sentirse incluso como un deportivo en su conducta. Es un vehículo bien diseñado, bonito, con aspecto contemporáneo y que no se parece a ningún otro, en un momento en que todos los crossovers se parecen tanto entre sí, que dan ganas de bostezar.

La construccion del CX-7 es sólida y tiene muy buen rating de seguridad. Estas características son comunes al breve árbol genealógico del auto —y que todavía no han envejecido—, pero abordemos ahora el CX-7 del 2010, cuyo primer detalle, su grill en forma de sonrisa —¿la de Da Vinci o la de Elvis Crespo?—, ya mencionamos.

El CX-7 del 2010 agrega un nuevo corte, el SV, un nuevo motor base y mejor rendimiento para el motor turbo, además de un interior refrescado. Si se trata del turbo, tiene una aceleración que envidiarían muchos carros. Y también tiene un handling preciso con una amortiguación que le mantiene a uno conectado al terreno. Todo esto sin que sea un auto puramente deportivo, hay que recordar (que después nos dicen exagerados, caramba...).

El nuevo motor base es un 2.5 litros de 4 cilindros que genera 161 hp de potencia y también 161 de torque. Esta planta es menos potente pero más económica, para una autonomía de 20mpg en la carretera y 28 en la autopista, mientras que el motor turbo, también de 4 cilindros y 2.3 litros, produce 244hp de potencia y 258Hp de torsión. La eficiencia de este motor es de 18 y 25. Los números de la generación anterior eran ligeramente más bajos, o sea, de peor rendimiento.

El motor turbo está conectado a transmisión automática de 6 velocidades. Los dos modelos superiores pueden adquirirse lo mismo con tracción frontal que con AWD, que en este caso, en circunstancias normales de rodaje, dirige 100% la potencia del motor al tren trasero y si hay pérdida de tracción o de agarre con el suelo, entonces envía 50% al otro eje.

Los cuatro cortes de CX-7 son: i SV; i Sport; s Touring, y s Grand Touring. El modelo base viene muy bien equipado con ventanillas, retrovisores y pestillos eléctricos, pero el corte supremo —¿como una buena paella?—, lo trae todo: rims de 19 pulgadas, vestidura de piel, luces delanteras automáticas de xenón, limpiparabrisas sensibles a la lluvia, retrovisores térmicos, cámara para la marcha atrás, ingreso y arranque sin llave, cristales ahumados, volante envuelto en piel, conexión Bluetooth, radio satelital y audio Bose, cuya calidad de sonido es cristalina. Por dentro es un auto bellísimo, con buena visibilidad y un diseño de consola cautivador, aunque a este periodista le confunde un poco —hasta que uno se acostumbra a usarlo— el gran botón central de la consola que inicialmente se piensa que es el volumen de la radio, pero no. En el diseño de consola domina el círculo y la verdad es que visualmente el interior delantero del CX-7 regala las satisfacciones de un buen paisaje y posiblemente sea más refinado del segmento —eliminado los crossovers de esat talla de las marcas de lujo, claro).

En cuanto a seguridad, el Mazda CX-7 cuenta con frenos de disco ABS, control de estabilidad, abundantes bolsas de aire y ha recibido la calificación máxima de 5 estrellas en impacto frontal y lateral por la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA), y la calificación de Good, —que es la suprema— del Insurance Institute for Highway Safety (IIHS).

Más allá de su identidad de un auto de familia, el mayor atractivo del Mazda CX7 es cómo maneja, especialmente si estamos al volante de la versión turbo. Este carro cumple sus funciones de crossover muy bien, pero tiene menos espacio de carga en el tercio trasero que algunos de sus competidores, pero donde el CX7 le gana a uno, insistimos otra vez, es en su conducta de rodaje. ¿Un auto de familia?, me pregunto a mí mismo de nuevo. Bueno, sí, sólo que el que la pasa requetebién es quien lo maneja. Si usted es un padre o cabeza de familia egoísta… este es su carro!