Dicen que la comida a bordo de los cruceros ya no es lo que era antes. El Oasis of the Seas no sustenta esa idea. Y, por si fuera poco, maneja con eficiencia un restaurant descomunal en capacidad.
por PEPE FORTE/Editor de iFriedegg.com y conductor del programa radial AUTOMANIA, de Univisión Radio.
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El Opus es el restaurant central del Oasis of the Seas. Se trata de un salón verdaderamente fastuoso, de tres pisos, a cada uno de los cuales se ingresa por una cubierta. El nuestro era el Opus 4, en el nivel central.

El diseño arquitectónico del Opus y su decoración es como el de cualquier restaurant en tierra firme, siguiendo este espíritu de un barco que no quiere serlo en aspecto, sino parecerse a una ciudad. A menos que uno se siente en una de las mesas próximas a las ventanas, no se precibe que estamos cenando sobre las olas.

Como en la mayoría de los cruceros, el restaurant sirve dos turnos: el primero desde las 6 de la tarde, y el segundo desde aproximadamente las 8 y 30 de la noche. Históticamente hemos preferido el segundo turno cada vez que viajamos en un crucero.
Para ser un barco con una población turística tan grande, hay que reconocer que el Opus se las arregla para complacer a cada comensal, y servir la comida fresca y caliente sin demoras. Los camareros son atentísimos.

El Opus no está abierto ininterrumpidamente, sino que contempla tres turnos: desayuno, almuerzo y comida. Sin embargo, los turnos son extensos y casi se besan. Un día llegamos tardíamente al almuerzo con el temor que ya había cerrado y, para nuestra satisfacción descubrimos que todavía nos atendieron. Lo mismo pasó durante un desayuno casi a media mañana en unos de esos días sin escala, en el mar.

Genial: En estos tiempos de contagios, a la puerta del restaurant —y en otros puntos del barco también— se hallan estos sanitizers o dispensadores de jabón antibacterial de autorresolución.
Claro que el turno más ocupado es el de la cena. Se halla menos gente allí durante el desayuno y el almuerzo. Especialmente en las mañanas de desembarco la mayoría de los pasajeros prefiere desayunar apresuradamente en el Windjammer, de autoservicio. Pero el desayuno que sirve el Opus es incomparable...
El menú es variado. No se repitió ningún día. Y por supuesto que incluye la noche de la langosta... y en varias oportunidades contempló los deleciosos scargotts como aperitivo.
A continuación, algunos de los platos que degustamos en el Opus y en otros sitios del barco que demuestran lo apetitoso de las ofertas gastronómicas de este crucero, y otras imágenes del restaurant y de momentos personales en las cenas. Definitivamente, comer es un placer en el Oasis of the Seas: