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A riesgo de sonar bíblico:

El GENESIS no será el APOCALIPSIS de HYUNDAI

por PEPE FORTE/Editor de i-Friedegg.com y miembro de SAMA

La compañía coreana va paso a paso cumpliendo cada uno de sus sueños... aunque no todos. El anticipado pick-up fue puesto en hold como consecuencia de la sostenida crisis económica y de los precios del barril de petróleo, que alcanzaron los $130 y tantos dólares en la primavera de este año, justo cuando Hyundai presentó a los medios especializados el Sonata rediseñado. Pero el lanzamiento de su anhelado coche de lujo para el 2009 era tan indetenible —y perdonadme la expresión, por favor— como la más inaplazable de las eyaculaciones. Y no hay quien pueda decir que el Genesis no merece estar en el mismo escalón de la Serie 5 de BMW, la Clase E de Mercedes-Benz y el LS de Lexus... y a menos precio. Y que tampoco se moleste nadie, particularmente Lexus, que esa misma movida fue la que le hizo la por entonces naciente división de lujo de Toyota a Benz en 1987.

 

En el programa de automovilismo que hago junto a mis colegas Jaime Flórez, Sergio Tacchella y Nikki Pauli a través de ESPN Deportes Radio en Español, dije a modo de broma —y espero que ninguna de las dos marcas involucradas se ofendan— que el Hyundai Genesis parece un Mercedes-Benz al que el emblema se le cayó por el camino. Y tenemos que comenzar justo por ahí, por la angustia que pasó Hyundai cuando se le ocurrió participar del álgido segmento de los coches de lujo. Y la disyuntiva radicaba en si usaban el logo de Hyundai o no en la cara del vehículo, en el afán de eludir el "Síndrome del Phaeton", el exquisito coche de VW cuyo fracaso comercial es atribuido por muchos analistas a que el fabricante alemán decidió paradójicamente retener el nombre de "auto-del-pueblo" para un modelo que llegó a tener un precio por encima de los $100 mil dólares (¿cómo se dice en alemán "carro-para-la-burguesía"?).

El magnífico VW Phaeton: Su fracaso comercial —según algunos analistas— es atribuible a que la compañía lo mercadeó usando la marca original.
 

Aunque desde el principio Hyundai identificó al prototipo como Genesis, advirtió que acaso ése no sería su nombre definitivo, pero sí aclaró que, como hizo VW con el Phaeton, tampoco renunciaría a su nameplate cuando participara en la categoría de lujo, a diferencia de Toyota, Nissan y Honda, que bautizaron a sus divisiones de distinción con otros nombres (Lexus, Infiniti y Acura, respectivamente). Pero sin embargo Hyundai —que a la larga terminó quedándose con el nombre tentativo de Genesis— estaba estudiando cuidadosamente cómo no repetir la metedura de pata de Volkswagen, que mantuvo no sólo el contradictorio nombre de la firma, sino el logo al frente del coche. Y ese riesgo la marca coreana, sabiamente, no estaba dispuesta  a correrlo. Así que la primera vez que el coche fue presentado en un salón de exhibición la compañía ensayó el efecto mostrando una unidad con un grill incluyente de la H inclinada que representa a la marca y otro sin ella y, finalmente, optaron por la parrilla de 3 barras horizontales (Mercedes usa 3 ó 4 dependiendo de la clase), donde no se lee el nombre ni se ve el logo en la careta, de manera que se parece a un M-B cuyo círculo divido en tercios se le hubiese desprendido.

 

En las primeras exhibiciones públicas, pudimos ver un Genesis con el logo en la parrilla.
 
Quién lo iba a decir...
¿Quién iba a decir que Hyundai iba a dejar de ser aquella marca menor sobre la cual se tejió una historia —no del todo precisa— de magra calidad? Pues bien, ya Hyundai no es aquella (supuestamente) mala marca. ¿Quién iba a decir que Hyundai iba no sólo a participar del segmento de los SUV's, sino de los SUV's de clase, como el Lexus RX? Pues bien, ahí están no sólo los SUV's Tucson y Santa Fe, sino el Veracruz. ¿Quién iba a decir que habiendo comenzado con autos pequeños, Hyundai iba a tener alguna vez una minivan? Ahí está la Entourage. Quién iba a decir que Hyundai se decidiría a entrar al segmento de los coches de lujo? Pues bien, ahí está el Genesis...
Parafraseando el tradicional disclaimer de cine: Cualquier semejanza entre la auténtica parrilla de Mercedes-Benz y la del Genesis... ¿es pura coincidencia?
 

Qué es el Genesis
El Genesis es un sedan de porte con transmisión trasera para el mercado de Estados Unidos.

Como modelo 2009 se aparea al Chrysler 300 en términos de distancia entre ejes y en talla general, aunque a diferencia de éste es menos aparatoso y por tanto más conservador.

El objetivo del coche es... ¿lo adivina?, Lexus. Sin embargo, su look —pido perdón de nuevo por ser acaso exagerado— es semejante a un clase E de Mercedes.

En realidad, hay pocos coches de su clase con motor V-8 como opción que se puedan adquirir e el mercado automotriz de Estados Unidos a un precio que fluctúa entre los $33 mil y $38 mil dólares. Y esto es importante no sólo en medio de la crisis económica actual. Cada vez que se tiene acceso a lujo sin el precio de éste, la billetera vibra de tentación...

 

Regrets I have a few, but then again too few to mention...
Y como no sólo virtudes sino defectos tienen todos los coches, pero en el caso de algunos muy pocos de estos últimos como para merecer mencionarlos tal dice la letra de la canción My Way, salgamos ya de las pocas críticas que guardo para el Genesis. Y éstas son que no se ofrece en AWD, y que la espalda de la bancada trasera no es abatible. También, habría que ver, atendiendo a su joven reputación de marca de lujo, cuál sería el indicador de depreciación del coche después de los primeros 3 años. A lo mejor, sorprende. Porque hablando en términos deportivos, Hyundai —y lo hemos dicho varias veces— ha venido desde abajo para colocarse hoy día como un fuerte competidor de las más sonadas marcas japonesas a las que ya no sólo les está robando prospectos —y esto no es lo más difícil—, sino que se está haciendo de una aureola de calidad, distinción y valía semejante a las de éstas... y esto sí es lo difícil de alcanzar.

 
En detalle:

Uno puede comenzar con un Genesis de alrededor de $36 mil con motor V-6 de 3.8 litros y 290hp, pero puede terminar con una versión más potente de 375 gracias a su motor V-8 de 4.6. Y aquí hay que parar para decir que Hyundai debuta en su historia con un motor V-8, tan bien hecho como los viejos americanos.

Ambas plantas están acopladas a una sola transmisión automática de 6 velocidades con override manual. La suspensión es suave y la cabina muy insonorizada. Y creo que este cóctel es el que hace que incluso el V-6 ruede —o se sienta rodar— tan  fluida y poderosamente como un V-8.

Hay que aplaudir la jugada de Hyundai de ayudar a los prospectos en el sentido de que con el Genesis no los ha condenado a una sola opción. El V-6 viene tan bien dotado —para empezar— como un Lexus ES y con un nivel de acabado interior muy próximo a éste (nótese que no he dicho ni igual ni superior). Este modelo trae llantas de aleación de 17",  sunroof, todas las operaciones interiores eléctricas —pestillos, ventanillas, asientos, etc., etc., etc...), control dual automático de climatización; audio Lexicon de 7 altavoces con multitocador de 6 CD's, radio satelital XM y conexión para reproductores de MP3 y, naturalmente, todos esos ingredientes que por lógicos ni vale la pena nombrar en un auto de lujo como vestidura de piel, butacas térmicas etc.

El Genesis con más testosterona —el V-8— añade a todo lo anterior aros de18", acentos exteriores cromados, limpiaparabrisas sensibles a la lluvia, volante en piel y madera, retrovisores anti-destello y algunas exquisiteces más. Empero la imbricación de detalles de uno y otro modelo a veces difuminan entre sí porque he visto V-6's sin el stereo Lexicon y sí con otros componentes del V-8 (que trae 15 bocinas). Algunas de estas mejoras originales del 8 instaladas en el 6 se deben a la alternativa del llamado Premium Package, que entre otras características incluye lámparas de xenón, computadora de jornada, audio envolvente Logic tipo surround-sound, sistema de comunicación telefónica Bluetooth, sistema de navegación con disco duro, y cámara de vídeo para la marcha atrás. Mi unidad de pruebas, un V-6, contaba con un detalle encantador: luz cenital interior blanca estilo fluorescente con efecto teatral.

Sí, es de lujo...
El Genesis no es un auto que se presta a confusiones: no deja dudas de que es lo que es, un coche de lujo. Y por eso la revista Sobre Ruedas lo condecoró con el galardón correspondiente a esa categoría en su edición de premios 2008. Pero no porque sea de lujo ha de ser un soñoliento hipopótamo en rodaje. El Genesis hace un sprint de 0-60mph en 5.9 segundos. Y tampoco es tan tragón, no por lo menos su motor V-6, capaz de hacer 18mpg en la ciudad y 27 en la autopista según el nuevo método de medición de la EPA aplicado desde el 2008 que refleja números mas realistas. El monroone que hallé en la guantera de mi unidad de pruebas estimaba un costo anual de combustible de $2,927 en 15 mil millas con galón de gasolina a $4.10 (en el momento del otoño del 2008 en que escribo este review la gasolina había bajado a un promedio de $250; please, do your own math...).  

En cuanto a aseguridad, el Genesis trae frenos ABS, control de tracción y estabilidad y abundantes bolsas de aire.

Me gusta la consola del Genesis, no sólo porque se ilumina en azul —una caraterística de la compañía— sino por su bello diseño y lo razonable de la ubicación d la botonería. No se trata de la máxima expresión de la racionalidad, el sentido común o la ergonomía— pero sí es muy amistosa en su uso. En esto, acaso no supera a Lexus —aunque se le aproxima muchísimo — pero sí rebasa a Mercedes y a casi todos los autos germánicos en general. Muchos de los controles del audio son redundantes en el timón —es un elogio, no una crítica—.

Deseo destacar que a diferencia de algunos autos con una consola tan "complicada" en funciones que a veces hasta compromete la introducción de los CD —acción que a menudo hay que negociar con la palanca de cambios que entorpece la gestión— esto no ocurre en el Genesis.

La posición de manejo puede alcanzar el punto de majadería que usted desee a través de la combinación de 8 movimientos. El auto en general no sólo es espacioso por dentro, sino que así se siente.

Impresión de manejo
¿Cómo maneja el Genesis? Bien suave, se siente vigoroso. Complace, llena. Es bastante obediente gracias a su dirección electrohidráulica, aunque sin olvidar que la conducta, el feeling de este tipo de dirección —que será la única disponible en todos los vehículo del futuro a mediano plazo— da la sensación de más 'aislamiento' de las que se basan en soluciones mecánicas asistidas por el protagonismo de la presión hidráulica. Es como los pilotos que se quejan de la sensación de vaciedad que da pilotar aeronaves que carecen de cables entre el bastón de mando y el timón de profundidad. Pero a pesar de sus 4 mil libras de peso, el Genesis se siente liviano.

¿Que por dónde me gusta más? A pesar de la probables críticas que pueda recibir su frente por poca originalidad —la copia del morro de un Mercedes—, creo que a pesar de eso el Genesis tiene justamente en la parte delantera su mejor momento. Pero lo que en conjunto me gusta del más reciente fruto de Hyundai es que no es un coche pomposo. Y eso, es genial. Que una compañía sin tradición de lujo ponga llena de vanidades y alardes en el mercado un auto de esa categoría, habría sido un error que Hyundai pagaría con creces. No lo hizo. Pero apuesto a que muy pronto Hyundai exhibirá orgullosamente el logo de la compañía en el frente del Genesis, y tan grande como lo puede ser el logo del Mercedes.