Como otros productos Acura, cuenta con un botón redondo, sobredimensionado, al centro de la consola, que hace de "enter" para algunas aplicaciones de base electrónica en el auto. En la parte puramente de ingeniería, la suspensión ha sido retonificada para un buen balance entre el feeling sporty y el comfort.
En cuanto a motor, se ofrece en gasolina y planta híbrida.
Hay, como en el Civic, dos motores de gasolina, ambos de 4 cilindros. Uno es de 2.0 litros de 16 válvulas tipo i-VTEC, que genera 150 hp y 140 lb x pie de torsión, y otro de 2.4, más potente, de 201 hp y 170 libras.
El Acura ILX Híbrido cuenta un 4 cilindros de 1.5 litros que asociado al motor eléctrico termina pariendo 111 hp y 127 libras por pie de torque.
La eficiencia del híbrido, por supuesto, es más alta que la de los otros dos ILX’s de sólo gasolina, con 39mpg en la ciudad y 38 en la carretera. A esta autonomía contribuye el acople del módulo motriz híbrido a transmisión CVT.
El 2.4 litros hace 22 y 31.
Nuestra unidad de pruebas fue el Acura ILX Tech del 2013, con el motor de 2.0, cuyas características y dotaciones, entre otras, son las siguientes: aros de aleación de 16 pulgadas; luces automáticas y de circulación diurna; sunroof; acceso sin llave; climatizador automático dual y conexión Bluetooth.
El paquete especial de nuestra edición Tech, que es superior al modelo base, ostentaba asientos de piel tipo deportivos; radio satelital XM, asientos eléctricos, de 8 posiciones para el conductor, térmicos por añadidura; lámparas de Xenón y neblineros, y aros más grandes, de 17 pulgadas. Además, GPS con reconocimiento vocal y sonido tipo premium. La lista sigue…
Se puede llevar uno a casa un Acura ILX básico por sólo $25,900, pero nuestra unidad, mejor equipada totalizaba $32,295.
En cuanto a manejo y cómo se siente dentro, hay que empezar diciendo que inmediatamente tras entrar en cabina y andar las primeras yardas, se revela la calidad mecánica y de terminado histórica de todo producto Honda. Para este servidor, que en el pasado poseyó el Honda Accord de 1993 y el Honda Civic de 1995, ambos de estreno en su momento, nos asombró ver cuánto han crecido el Civic y lo que antes fue el Integra. El espacio interior del nuevo ILX nos recuerda el del Accord ’93 en amplitud, caray.
La posición de manejo es cómoda, el auto se desplaza fácilmente con su 2.0, la amortiguación es noble y el nivel de silencio en cabina, alto. No dudamos que el 2.4 sea más vivaz por razones obvias, pero no extrañamos una cilindrada superior en este ILX.
Qué buen regreso el del Integra, ahora bajo la etiqueta del ILX.